martes, 26 de octubre de 2010

El sueño verde de Schiapparelli

Alejandro Schiaparelli nació en Argentina hace 30 años y hoy, después de jugar más de tres en el país, no esconde su deseo de llegar a la selección nacional. “Si el técnico me lo pide, yo siempre dije que no tendría problemas en naturalizarme, además para mí eso sería un orgullo”, le expresó ayer a Marcas.

El defensor central, de elegante juego y eficiente marca, llegó en marzo del 2007 a Blooming.

“Me trajo un hombre de Rosario, Claudio Piva. Me llamó por teléfono. Yo estaba en Chile y había un desacuerdo para continuar allá (Deportes la Serena). Y cuando yo no quería seguir me llamó Claudio, entonces no fue difícil venir a Blooming”.

Ese Blooming tenía en el banco a Gustavo Quinteros como DT.

Schiaparelli recuerda que conoció al técnico cuando vivió dos años en San Juan. “Conocía una chica y él dirigió allá. Vi unos dos partidos y ahí conocí a Gustavo de vista”.

Hoy el jugador está casado con esa “chica” (Patricia) y tienen una nena, Macarena, de cuatro años.

“Ale” está “casado” con Quinteros en el fútbol. Cuando el DT se fue de Blooming a Bolívar, se llevó a Schiapparelli. E hizo lo mismo este año cuando se fue a Oriente.

La selección. Quinteros está cerca de ser técnico de la selección y la noticia le cae bien a Schiapparelli.

“Es algo que él también espera y sería importante. Para mí es un buen candidato, es el técnico más ganador de los últimos tiempos y si vemos los números que sacó (de su campaña como DT en Bolivia), no hay por dónde perderse”.

Cuando se le habla de él a la selección, el defensor central anda con cuidado. Explica que predisposición hay, pero también piensa que no se debe forzar nada.

“Yo no quiero plantar banderas, si quieren que me naturalice, hay predisposición de mi parte, y si se da o no la selección, será una consecuencia. Claro que si llega la selección la voy a recibir de muy buena manera, si no seguiré trabajando hasta que me vaya”, reflexionó.

Schipparelli pisa tierra a la hora de hacer un comentario, pero se entusiasma con la palabra “selección”.

“Es el sueño de todo jugador. El que juega fútbol lo primero que aspira es llegar a jugar en un club profesional y después, en su selección. Llegar a ella es lo máximo y el objetivo mayor, jugar un Mundial”.

Está cómodo. Schiapparelli vivió en La Paz y ahora radica en Santa Cruz. Confiesa que estos tres años le ha ido bien en Bolivia y está a gusto.

“Estoy muy bien, muy cómodo, por eso también me quedé. A fin de año siempre llegan ofertas y la posibilidad de volver a Argentina, al Nacional B o a San Juan, pero el tema económico también es importante y conviene estar aquí”.

Es consciente de que un jugador no se hace sólo en un equipo. El grupo tiene mucho que ver.

“En los tres clubes bolivianos que jugué me fue bien, me trataron de la mejor manera y con mucho cariño, eso es importante para un jugador, y también me han acompañado los resultados. No me quejo y más bien me esfuerzo cada día”.

Los datos

Cordobés. Alejandro Javier Schiapparelli nació el 16 de mayo de 1980 en Córdoba, Argentina. Es defensor central, mide 1,79 metros y pesa 80 kilos.

Carrera. Se inició en Almirante Brown. Después jugó en San Martín y Quilmes. Salió a Colombia (Real Cartagena), Uruguay (Deportes Colonia) y Chile (Deportes La Serena).

En Bolivia. Militó en Blooming, luego pasó a Bolívar y ahora está en Oriente. Es uno de los mejores centrales en este momento.

Fuente: La Razón

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